Humilde y amada Santa Sara Kali,
Tú, que eres la Madre de los gitanos
y personas maltratadas del mundo entero:
Tu que sufriste todas las formas
de humillaciones y preconceptos.
Tu que fuiste amenazada y tirada al mar
para que murieses de sed y de hambre.
Tu que sabes lo es el miedo,
el hambre,
el sufrimiento,
y el dolor del corazón.
No permitas que yo siga siendo maltratado,
ni humillado, ni sufriendo vejaciones.
Aparta de mí, toda clase de violencia,
aleja a las personas que me hieren,
tanto física como psicológicamente.
Llévalos lejos de mi camino,
y permíteme recuperar la paz tan ansiada.
Se mi abogada frente a Dios
dame suerte, salud y bendice mi vida.
Amén.
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