Tú, que ungiste con tu llanto
y el mejor perfume
los amados pies de Jesús,
sé mi intercesora
ante Jesús Nuestro Señor,
para que escuche mi súplica.
Que así como llama ardiente
que atravesó tu corazón,
su amor atraviese el mío
y alcance gracia ante Él,
para recibir su ayuda
por mediación tuya,
amada santa María de Betania.
Te ruego presentes en tus manos
mi petición:
(hacer la petición)
que es grave y urgente,
para solucionar los problemas
por los que atravieso
y para los que no encuentro
una posible solución.
Santa María de Betania,
hermana de Marta y de Lázaro,
gracias por escuchar mi súplica,
y ayúdame a ser
verdadero testimonio del amor de Cristo,
siendo capaz de atravesar
por el dolor de las dificultades, pérdidas,
problemas y angustias,
sabiendo que Cristo vivo está,
y con él toda la humanidad.
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