¡Oh, glorioso Santo!
Vos que fuisteis tan sufrido en las adversidades,
y tan amante de padecer, que,
o perseguido, o calumniado, o probado,
todo lo soportasteis con admirable tranquilidad de animo:
Alcanzadme a mi también el espíritu de fortaleza
en todas las adversidades de la vida.
En los momentos de extrema dificultad,
rogad por mi a Dios Padre,
para que tenga piedad de este pecador
y haga más livianas las cargas,
agobios, dificultades y necesidades
que me plantea la vida.
Ruega por que tenga la mente clara
y sepa elegir los caminos más convenientes
para la solución de mis problemas,
y tiende tu mano piadosa hacia mí,
si ves que no puedo resistir
la dureza de las pruebas.
Ayúdame a salir victorioso de mis empresas,
manteniendo un trabajo digno y remunerado,
para poder atender a las necesidades
diarias de mis familiares y mías propias.
Guarda mi salud y mis fuerzas,
y mantén mi animo alto
para no caer en depresiones ni angustias.
San Gerardo de Mayela, a ti recurro,
para que me libres de todo mal,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
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